Encuesta de Ocupación y Desocupación (EOD) del Centro de Microdatos de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile revela que los efectos de la crisis sociosanitaria siguen presentes en el mercado laboral. El sondeo, realizado mediante entrevista telefónica, indica que la tasa de participación laboral es más baja que hace un año y que hace tres meses. Además, del total de inactivos, menos del 1 por ciento declaró que se mantiene en esa condición debido a un subsidio del Estado o por retiros de su AFP.

Lorena Flores, directora ejecutiva del Centro de Microdatos de la U. de Chile, informó que en marzo de 2021 la tasa de desempleo en el Gran Santiago fue de 11,3 por ciento. La cifra representa una baja de 0,2 puntos porcentuales (pp) respecto a diciembre de 2020 y de 4,3 pp si se compara con el valor registrado en marzo de 2020.

El desempleo cayó 27 por ciento en doce meses debido al aumento de 5,9 por ciento en el número de ocupados y al crecimiento de la fuerza de trabajo en 0,7. No obstante, estos dos indicadores tuvieron una variación negativa en comparación a sus resultados en diciembre de 2020. Asimismo, los inactivos, es decir, la población que está fuera de la fuerza de trabajo, aumentó tanto en el trimestre como en doce meses.

Al desglosar por género, la tasa de desempleo masculina es de 10,4 por ciento, que significa una variación negativa anual de 5,7, mientras el desempleo femenino llega a 12,4 y representa un descenso de 2,5 pp en un año. Del total de desocupados, el 87,8 por ciento corresponde a personas cesantes, es decir, que han trabajado anteriormente con remuneración. En este sentido, en un año, el tiempo promedio de cesantía pasó de 3,6 a 6,7 meses.

Por otra parte, la tasa de participación laboral –que es la proporción de la población en edad de trabajar que es activa en el mercado laboral porque trabaja o busca empleo– es de 55,9 por ciento y se ubica en un nivel más bajo que en marzo de 2020 (56,9 por ciento) y que hace tres meses (58,6%). El análisis por género arroja que el porcentaje de mujeres que participa en el mercado laboral es equivalente al de 2010, en tanto, la tasa de participación laboral masculina retrocede 3,8 pp en el trimestre, lo que se traduce en un aumento de los inactivos y se mantiene por debajo de lo observado en los últimos 20 años (previos a la pandemia).

En cuanto a la tasa de ocupación –es decir, el porcentaje de personas que están efectivamente trabajando respecto a la población en edad de trabajar– alcanza a 49,6 por ciento. En el transcurso del último año, este registro aumentó tanto para mujeres (2,5 pp) como para hombres (0,5 pp), pero en el trimestre ambos retrocedieron, en el caso de los hombres, el retroceso fue de 3,5 pp.

Los ocupados presentan una variación positiva anual de 5,9 por ciento, sin embargo, retroceden 4 por ciento en el trimestre. En cuanto a las actividades productoras de bienes, los ocupados en la industria manufacturera disminuyeron un 10,7 por ciento, en cambio en el sector construcción aumentaron 19 por ciento. En las actividades productoras de servicios, en tanto, se advierte un repunte del empleo en el comercio (22,9 por ciento).

El análisis del empleo asalariado señala que éste abarca a 2 millones 167 mil personas, cifra que representa un alza 1,8 por ciento en doce meses y una caída de 4,3 por ciento en el trimestre. En la misma línea, el empleo independiente (empleadores y trabajadores por cuenta propia), que agrupa a 696 mil personas, registra un aumento de 19,6 por ciento en comparación al año anterior y un descenso de 3,1 por ciento en el trimestre.

El teletrabajo, por otra parte, se masificó desde marzo de 2020, pero ha bajado paulatinamente. En la actualidad el 13,6 por ciento de los ocupados –en su mayoría mujeres– realiza su trabajo en esta modalidad. Finalmente, la EOD muestra que, del total de inactivos, menos del 1 por ciento declaró que se mantiene en esa condición debido a que ha recibido un subsidio del Estado, o bien, ha retirado el 10 por ciento de su respectiva AFP.

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